viernes, 9 de agosto de 2024

EL CUENTO DE "NUNCA SE LO CUENTES A NADIE"

El titulo de un cuento que como todos los cuentos comienzan con erase una vez que se era, en este los protagonistas son UN REY, UNA PRINCESA Y UNA RATA.

Un cuento donde la Princesa "NADIA" no era de cuento, era de carne y hueso, como el Rey y la Rata, que nunca contó nada y por eso ahora yo lo cuento, que entendió que su felicidad no dependía de un Rey, sino de ella misma.

Esta es la historia de la Princesa "NADIA" que no sabía que lo era, y que terminó eligiendo la soledad, para que no la continuaran rompiendo las personas en las que más confiaba.

Y la Princesa "NADIA" miró atrás y se dio cuenta de que era autosuficiente, y que tanto el castillo como el Rey eran parte de su pasado.

Y como un perrito tumbado en la alfombra junto a la puerta de su amo yo la esperaba hasta que escuchaba el tintinear de las llaves, y cuando la habría, y antes de entrar de mi boca salía un ¡HOLA NADIA!, a lo que me respondías sonriente  HOLA PEPI ¿ que tal tu día?.

¿ Te estarás preguntando quien soy, pues bien te diré que soy Pepi, esa Pepi esa joven a la que un día le ofreciste tu techo, te escribo estés donde estés para que sepas que sigo buscando el espejo que pueda devolverte la sonrisa con la que tantas veces me obsequiabas cuando regresabas a tu ático de noche, donde me dejabas dormir algún que otro día, para decirte lo guapísima que te había visto en televisión, aunque en realidad era para que si venias con ganas me contases a cuantos famosos habías conocido.

Volvías cansada, con los zapatos quitados enganchados a tu mano, tirabas las llaves, el bolso, y me preguntabas ¿ has cenado?, si, te contestaba, mientras sin desvestirte te tumbabas en el colchón, me mirabas, suspiraba y decías, "menos mal que hoy la fiesta no va a continuar, tranquila ya puedes irte a dormir".  

Durante unos minutos te quedabas en silencio y yo aprovechaba para sentarme a tu lado, de repente empezabas a contarme cosas que nada tenían que ver con lo que ese día habías hecho.

¿Sabes Pepi que mis hermanos murieron todos?, tienes suerte de tener una hermana que tanto se preocupa por ti, y seguía pensando en voz alta diciendo cosas que no sabía si tomármelas en serio o no como que estuvo casada, que tuvo hijos pero que cayeron enfermitos y murieron, en fin, al final se quedaba dormida imagino que del cansancio que tenía, era entonces cuando la arropaba, le deshacía el peinado dejando su melena suelta, le acercaba un cojín para ponérselo bajo su cabeza, y me iba al sofá a dormir. 

Cuando sientas que la noche te atrapa en su inmensa oscuridad y que no puedes escapar de ella, cuenta conmigo, cuando pienses que en este mundo nadie te comprende y aún así tu corazón sigue latiendo, cuenta conmigo, cuando estés deprimida porque no entiendas lo que te está ocurriendo en tu vida y te sientas de ella más que aburrida, cuenta conmigo, cuando ya no te importe viajar por los sueños porque tu alma ha perdido poco a poco las ganas de hacerlo, cuenta conmigo, y aun cuando a mi todo esto me atormente, fingiré que nunca lo he vivido, para que confíes en mi y puedas contar conmigo.

Porque quiero secar tus lágrimas, calmar tu dolor, robarte sonrisas, y devolver a tu mundo el edén del que te despojaron.

Si yo fuera luna, si yo fuera sol, si fuera camino, te guiaría hasta que pudieras encontrar el tuyo, pero no lo soy, solo soy esa chica a la que un día sin hacerle preguntas, sin conocerme, confiaste en mi y me diste refugio en el que entonces era tu hogar.

Sería calor cuando llegara el frío, sería la luz que velara tus sueños, la amiga que te acompañe yendo de tu mano, estando ahí siempre para ti.

Ojala pudiese escribir tu nombre en este momento, ojala pudieses leer estas páginas y supieras que no he llegado a ser quién soy, una persona amable con el mundo, sino hubiera sido por quién en una ocasión me dijo "NO SE LO CUENTES A NADIE", alguien que cuando te abría su corazón derrochaba toda su energía en ello, y solo era comparable su firmeza defendiendo lo que sentía, y había vivido todas y cada una de las veces que la vida la hizo caer, con las otras tantas que sin apenas fuerzas no le quedó otra que levantarse.

Quiero que sepas que si tu corazón estuviera débil, el mío le ayudaría a sostenerle, hasta que por fin pudiera vencer el dolor, hasta que volvieras aprender a sonreír amiga, porque para mi no eres las heridas que te han producido, ni las decepciones que has recibido, para mi siempre vas a ser las decisiones buenas o malas que tomaste y que tu generosidad dejó pasar de largo cuando las oportunidades que se te ofrecían no te llenaban, no te convencían.

Eres lo que eres, en lo que te han convertido seres que sin piedad alguna, envidiosos de tu belleza exterior e interior, se acercaban a ti no para quererte sino para destruirte, porque no soportaban reflejarse en ti.

No sé si ahora no eres nada de lo que una vez fuiste, aunque para mi continuas siendo la misma, han pasado ya muchos años para las dos, pero no han sido los años los que te han maltratado, sino los daños de aquellos que te ayudaron para su propio beneficio a crecer y más tarde destruirte.

Hoy me he tomado un momento para agradecerte haberme dejado compartir momentos inolvidables contigo, porque siempre fuiste para mi una fuente constante de alegría, apoyo y buenos consejos.

Porque tu generosidad, empatía y sentido del humor han hecho al recordarlos que cada día de mi vida continúen siendo más luminosos y significativos.

En cada encuentro, en cada conversación, en cada una de las palabras que me decías encontraba una amiga atenta y considerada, comprensiva y buena, que confió en mi para dejarme parte de su legado inmaterial, muchas de las experiencias que te obligaron a tener en tu corta, intensa e infeliz vida.

Tu capacidad para escucharme, para ofrecerme consejos sabios y compartir breves pero irrepetibles instantes de risas y diversión, es algo que he valorado profundamente a lo largo de todos estos años.

Gracias por haber sido tan autentica, y aportar tanta luz a una vida que cuando te conoció, era una vida marchita, donde únicamente había dolor, incomprensión, abandono, infelicidad ,tristeza y malos tratos por parte de mi familia.

Quiero que sepas que tu amistad fue un regalo que sigo atesorando en mi alma, cada gesto de cariño, cada palabra de aliento, cada momento compartido juntas son joyas preciosas en el tesoro de nuestra breve pero intensa amistad.

Gracias por ser una amiga, una madre, una maestra y un ser excepcional y por haber hecho de mi vida una existencia más rica y completa en un momento que tanto lo necesitaba, y que ahora comprendo que solo tu podías entenderme porque nuestros primeros años en este mundo fueron muy parecidos.

Mientras he avanzado en este viaje que es la vida, y he abierto una y otra vez los libros que me dedicaban tus amigos y vecinos Toni periodista de la agencia Ansa y pareja de mi hermana Carmen que vivían en el apartamento numero 311 del Paseo del Prado, en el edificio Prado numero 16 igual que tu, se me humedecen los ojos y a mi cabeza comienzan a agolparse recuerdos que no quiero olvidar, recuerdos de gratitud y aprecio por todo lo que representas para mi, gracias por ser parte integral de mi vida, por tu lealtad, tu amor y constante apoyo.

Hacía algunos meses que me había recogido mi hermana de la habitación donde dormía en la calle Ramos Carrión de Madrid, para que me recuperase junto a ella de una operación que me realizaron de urgencias en una clínica de Sanitas en la calle Núñez de Balboa que ya no existe, y como estaba ya medio bien, pero no tenía ni oficio ni beneficio, no se le ocurrió otra cosa a Toni y a Carmen que pedirte un favor a ti, ya que os conocíais de tomar el sol en tu ático, de pasear al perro y haber hablado varias veces, pues lo mismo pensaron que no te importaría tenerme un tiempo contigo hasta que me encontraran un trabajo, y a cambio de echarte una mano con la limpieza me dejaras dormir por las noches en tu estudio.

Esa fue la primera vez que te vi, me quedé impresionada, no paraba de mirarte, y tu de decir ¿ te pasa algo niña? con un acento extraño, yo me quedé muda, rígida, deslumbrada por tu apariencia, una apariencia como el de una diosa griega pensé, con esos ojos verdes rasgados, grandes, de pantera, y esa cara como si hubiese sido cincelada en arcilla por el más prestigioso de los escultores.

No tuvimos que esperar mucho tiempo tu respuesta, dijiste que si al instante, y me preguntaste mi nombre, a lo que te contesté me llamo Pepi, y te quedaste con mi hermana Carmen hablando no se de qué, y Toni y yo nos dirigimos al ascensor para dejarme en su departamento, y poder él ir al de la agencia y revisar los teletipos que constantemente le llegaban sin parar, el cual estaba puerta con puerta con el otro donde ellos dos hacían su vida y que era más pequeño, por eso estando yo pues como que carecían de intimidad, aunque para ser sincera nunca se quejaron.


   


 


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