MIS RECUERDOS EN EL PREVENTORIO DOCTOR MURILLO DE GUADARRAMA 1ª PARTE
Una historia de injusticias, excesos, desesperación y talento.
El pasado nunca está muerto y enterrado, ni siquiera es pasado, es por eso que cuando a mi mente vuelven a abrirse paso recuerdos de una infancia ultrajada, es cuando mi debilitado cuerpo una y otra vez reacciona ferozmente exigiéndole que continúe luchando en un tiempo que hoy no es mucho mejor.
Nunca supieron que hacer conmigo en la familia donde tuve la desgracia de venir a este mundo, una familia por llamarla así que solo movían y lo continúan moviendo el culo por dinero.
Me engendró un señor que maltrataba a mi madre, la violaba, la pegaba cuando regresaba ebrio de sus incontables salidas por la tarde, noche o madrugada, le daba igual la hora que fuera para vivir su vida, una vida que se extinguió por fin hace ya un año.
Mi madre, que risa, ¿ que puedo decir bueno de mi madre? ¡NADA!, bueno, si, algo si puedo ¡MENOS MAL QUE MADRE NO HAY MÁS QUE UNA!, yo soy madre y no hace falta que me diga nadie el tipo de madre que soy, se que soy una muy buena madre y eso que tuve que ejercer de ello sin libro de instrucciones y francamente no lo he hecho nada mal, pero que nada mal, vamos que no me beso porque no me llego a los codos.
Recuerdo de ella cuando me abandonó con cuatro años en un colegio de monjas, de esas que tenían una especie de tocado blanco simulando a una paloma con las alas abiertas, en la calle O´DONNELL de Madrid, donde ella estaba sentada en las escaleras dos peldaños mas abajo de mi y sujetada fuertemente de mi diminuta mano por una de ellas.
Mi madre, que risa, intentaba mirándome fijamente a los ojos, unos ojos que no dejaban de mirarla con sorpresa, miedo, y tristeza porque ellos veían como sus labios se movían pero mis odios no escuchaban nada de lo que me decía.
¿ Como explicar a una niña tan pequeña el porqué me iba a dejar en ese lugar y que nunca la iba a volver a ver? ¡COMO!, pues convencida que lo entendía para robarme una última sonrisa que llevarse de su hija, me puso en la mano que me quedaba libre un muñeco del estilo de los barriguitas pero de caucho, imagino que lo hizo para que pudiera acariciarlo y no rompiese a llorar desconsoladamente mientras se alejaba de mi sin mirar atrás envuelta en un amplio vestido de flores el cual intentaba disimular su avanzado estado de gestación.
Lloré, ya lo creo que lloré, cuando en un camastro junto a otros cuantos niños mas en la oscuridad de una habitación y agarrada con fuerza a mi esperanza convertida en muñeco comprendí en ese instante que estaba sola, que no la iba a volver a ver más, que aunque llorase de nada me iba a servir.
Lloré, no se cuanto rato, y lo hice ya de noche junto a otros niños a oscuras donde solo se escuchaba el sorber de los mocos producidos por los angustiosos llantos cargados de abundantes lágrimas que resbalaban por nuestros mofletes hasta los labios, labios que no eran capaces de contener tanta angustia y que dejaban continuar hasta nuestras barbillas y cuellos, caras enrojecidas y húmedas que mas adelante unas cuantas de esas religiosas se ocuparon de partírnoslas a hostias para que no se nos olvidase jamás "que la letra con sangre entraba".
Hay no empieza mi historia, no se lo vayan a creer, mi historia había empezado desde el minuto cero que me fecundaron estos dos descerebrados que por fin ninguno de los dos respiran el mismo aire que yo, pues no, yo ya nací con la piel encallecida desde que me encontraba en el vientre de mi madre, de todas las patadas que en el vientre la pegaba el que la preñó de mi, piel encallecida en un cuerpo delgado consumido por un sufrimiento que no comprendía.
Como iba diciendo esa fue la penúltima vez que la vi, mas adelante cuando tenia 23 años la busqué y me encontré con ella, lo que no me esperaba era lo que me iba a pasar, sin ningún tipo de consideración acudió a la cita solo para decirme que la dejara en paz, que ni ella ni su nueva familia sabían de mi existencia , ¡ que no me quería!, que una noche como una de tantas mi padre abusó de ella borracho y que de esos polvos pues estos lodos, o sea "yo".
Era la víspera de mi santo, un 19 de Marzo, nunca lo voy a olvidar, y como no hay dos sin tres, la tercera fue la mas dura si es que hay algo más doloroso que una madre te repudie, pues lo hay, que sepa lo que esta haciendo contigo y simplemente desaparezca, se oculte, se lave las manos como si con ella no fuera.
Dicen que el perro no tiene la culpa de coger la rabia, pero hay que sacrificarlo, es cierto, lo que pasa es que este perro es duro pero que muy duro de pelar. Habéis intentado por activa y por pasiva acabar conmigo en una época en que era muy pero que muy fácil hacerlo y no lo conseguisteis.
Me pudisteis matar, me pudisteis detener cuando intentaba esconderme de vosotros, pero nunca lograsteis atraparme para que con el tiempo me tomara la revancha.
Un lugar, un olor, una canción, suelen ser los desencadenantes de recuerdos que a veces desearías que no volvieran una y otra vez, pero regresan y lo hacen con tal furia y sin avisar, que de momento te descolocan, aunque al instante reaccionas, y solo se te ocurre unirte a ellos porque no se van a ir, porque son parte de tu vida, porque si no puedes con ellos, únete a ellos, encáralos, sácales los dientes y demuéstrate a ti mismo que no solo puedes con ellos, sino que a los que en esos momentos consintieron las barbaridades que contigo hicieron, les vas a dar la oportunidad de que antes de morirse disfruten gratuitamente de todo el calvario por el que te hicieron pasar contado de primera mano de la protagonista principal.
Dicen que el hombre es un animal que pretende ser algo mas, está claro que sí, aunque menos mal que otros de su misma especie no se lo consienten.....
CONTINUARÁ.
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