MIS RECUERDOS EN EL PREVENTORIO DOCTOR MURILLO DE GUADARRAMA.
Y con la venda que se cayó de mis ojos me hice un lazo en el pelo, y fue entonces cuando comprendí que si quería sobrevivir debía de ser más fuerte y menos ciega.
Un día un gran señor reunió a un conjunto de sabios muy sabios para que le fabricaran un anillo donde poder grabar una frase, una frase que no era otra que " ESTO TAMBIÉN PASARÁ", y se lo forjaron, pero lo que él quería que pasara " NO SUCEDIÓ", y murió sin que sucediera, y murió dejándolo en herencia por si accidentalmente alguno de sus descendientes nacía con los suficientes dedos de frente para no limpiarse el culo con billetes de 500 euros, y aún así nació, nació y grabó en el anillo heredado una nueva frase junto a la del gran señor que decía ¡ SE QUE ME QUERÍAS CERCA, PERO NO A TU LADO!.
Amaba tanto la vida, estaba empezando a vivir y la asesinaron embarazada de seis meses, pero su mejor amiga, esa amiga de voz suave y estilo extravagante, esa amiga impetuosa, esa amiga desigual, esa amiga a la que desoyeron, esa amiga que ellos sabían que era yo aunque no me veían, esa amiga que gritó hasta que le dolió la garganta, esa amiga que aprendió a sobrevivir y a reírse de ella misma, esa amiga que lleva toda la vida enferma y que ahora no sabe como curarse, esa amiga que jamás acepto que cortaran los cordones de nuestros globos, esa amiga que no es otra que ¡TU HERMANA!, una hermana que hasta que no cumplió "LA PROMESA" de encontrarte su vida no empezó a tener sentido.
Hoy una vez más he amanecido envuelta en el mismo sudor frio que desde hace ya demasiados años me acompaña, un sudor frio que cada vez que cierro los ojos cruzo los dedos para desearme suerte, a ver si esa noche puedo dormir soñando con los angelitos aunque sean negros, pero una vez más es que no, y uno a uno van pasando por mi mente todos los episodios vividos en un tiempo que me tocó vivir, un tiempo incomprensible lleno de recuerdos que aunque intento olvidar mi subconsciente no me concede ese privilegio.
Una y otra vez me despierto con la sensación aflictiva de estar ahogándome, una sensación vivida multitud de veces en EL PREVENTORIO DE GUADARRAMA cuando me sumergían la cabeza en el agua helada de una bañera, o me obligaban a ingerir mi propio vomito, y es entonces cuando abro los ojos y siento como corre el sudor por mi espalda, por mi pecho, por mi cara, me toco las muñecas doloridas pero ya sin marcas visibles y compruebo que aunque estoy segura en mi casa, libre de las correas que me sujetaban para inmovilizarme y romperme por dentro cada vez que hacía algo que no les gustaba a las CUIDADORAS, miro a mi alrededor y el aire regresa a mis pulmones al saber que estoy a salvo de esas maltratadoras las cuales una vez consumada su tarea, tarea que no era otra que mediante el pánico y las amenazas que te producían, borrar de tu embrionaria memoria cualquier recuerdo de lo que había sucedido en "LA SALITA DEL TERROR", pasados unos minutos te llevaban aturdida a tu cama donde te dejaban cual muñeco de trapo relleno de serrín después de cada ¿ sesión?.
Tal vez nunca consiga saber hasta donde llega el daño que me produjeron los años que pasé en esos execrables PREVENTORIOS donde me encerraron.
Poco a poco he conseguido completar los tan destruidos puzzles de mi vida , unos puzzles repletos de tinieblas, unas tinieblas que con el tiempo se han ido convirtiendo en entrañables, incluso en ocasiones vitales compañeras tenaces que en vez de sucumbir en esa época a tan monstruosos trances, resistieron estoicamente protegiendo con uñas y dientes un cerebro que las sigue sin defraudar.
Hay veces que de vez en cuando mi corazón, mi mente y mi cartera aunque bastante escasa, se alinean e intentan que el mundo aunque sea por un pequeño instante se convierta en algo mejor para todos aquellos que nada poseen.
Cada vez que supero un brote, un brote que para nada busco pero que mi Artritis Reumatoide me sigue provocando ahora de una manera más sofisticada y acorde a los tiempos que vivimos, siento que me convierto en un ser más versado, y pensándolo bien estoy completamente segura que cuando me llegue mi hora (como se suele decir), y porque cuando el cuerpo pide ayuda es porque la mente sufre, ese día el mundo habrá perdido a una persona muy pero que muy sabia.
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