MORIR UNA FORMA DE VIVIR
Empezaba a atardecer, ¡D. Juan! gritó con todas las fuerzas que en ese momento tenía Armando, D. Juan no le escuchó, sencillamente volvió a clavarle a "CRINES" en los lomos las espuelas , no fue un simple golpe, y la correa de cuero viejo herencia de sus antepasados se deslizó ferozmente entre las manos limpias y protegidas solo por unas manoplas blancas parte del uniforme del mayordomo Armando, las cuales quedaron tan dañadas que la sangre se podía entrever en ellas.
Juan, ya no era D. Juan, ahora era un ser irritado, impaciente, nervioso por llegar a aquel lugar donde sabía que su vida finalizaría.
En su cabeza retumbaba una melodía que décadas atrás compuso cuando tenía 19 años sin saber "ELLA" que para "ELLA" era....
Quiero ser jinete en tu montura para saber lo que es la "LIBERTAD", quiero agarrarme a tus crines y ser cántico del viento, de un viento que envuelva mares, océanos, montañas y desiertos ¡CABALLO!.
Una y otra vez, una y otra vez no paraba de debilitarle.
Ya cercano a la cima por fin visualizo la fatalidad, no esperó a que "CRINES" tomara posición para bajar por el sendero, le obligó a deslizarse entre ramas, entre piedras, entre troncos herrumbrosos.
Enloquecido, ni si quiera se percató que las patas de "CRINES" magulladas y enrojecidas solo deseaban que ¡JUAN! parase....
Continuará.
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