LA TORPEZA DE UN DÍA, TAPA LA TORPEZA DEL DÍA ANTERIOR
El dolor de un niño...
El dolor de un niño es un pájaro lento, moribundo, que solo sabe decir " QUE DIOS ME BENDIGA" y que termina la frase con un "AMÉN" agónico dentro de los campos de concentración también llamados ¿CONVENTOS? ubicados en INTRAMUROS, donde hacían lo que les daba la gana las ¿LLAMADAS MADRES SUPERIORAS Y SUS ACOLITAS? con las inocentes criaturas que el destino dejaba a su cargo, y que de tantas palizas, de tantos castigos, y de tanta hambre a las que se les sometía, al final terminaban viendo a ese tal dios quisieran o no hacerlo, ( entre las que me encontraba yo).
Pájaros que se perdieron la clase donde les enseñaban que no estaban muertos, que estaba vivos, vivos por una mala muerte anunciada ,vivos en ella, los cuales se acurrucaban abandonados, llorando en las escaleras frente a las puertas de las iglesias, iglesias cerca muy cerca en donde en las cuatro esquinas que las rodeaban pedían cobijo, donde pasaban cosas, cosas que una vez se cerraban las cancelas labradas en hierro, que en muchas de ellas sustituían a las puertas divisorias entre el cielo y el infierno, quedaban todos aquellos pequeños en indefensos pájaros doloridos, hambrientos, solitarios, a los cuales no les habían dejando traspasar el INTRAMUROS, porque sus ¡VICIOSAS MALDADES! se encontraban en los EXTRAMUROS...
Y HABÍA QUE DEJARLES PIEZAS VIVAS, PIEZAS TIERNAS, PIEZAS QUE NADIE ECHARIA EN FALTA.
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