lunes, 3 de junio de 2024

 LA PROPIA MUERTE ES UN ÁNGEL, UN ÁNGEL QUE DEFENDERÁ MI CAUSA

Mi muy amada, querida y jamás olvidada hermana Carmen buenos nuevos días, hoy quiero con tu permiso empezar este escrito dando las gracias junto con nuestro cariño y afecto, a cada uno de los ángeles que como tu dirías nos han acompañado hasta que por fin hemos podido lograr entre todos encontrarte.

Es muy difícil hablar y mucho más escribir sobre el dolor tan grande que pueden embargar los corazones de unas hermanas que tanto se han querido y lo siguen haciendo, corazones como el tuyo, corazones como y el mío.

Cada uno de nosotros compartimos una pena en común que no es otra que la de tu ausencia, aunque ellos sin conocerte y creyendo lo que les he dicho de como eres, se han unido a mí altruistamente, poniendo a nuestra disposición lo más grande que tenían, su compasión, su amor, su honor, dignidad y su fe, ante una causa que sé, y lo sé muy bien siempre dieron por perdida con las pocas pistas que dejaste, con las escasas fotos que no pudieron utilizar sobre ti, las cuales en nada se parecerían a las que ahora tendrían de tu preciosa carita pasadas cuatro décadas desde tu desaparición, y aún así, saltaron a una piscina vacía, con solo lo que yo, tu hermana les había contado, una piscina que poco a poco fue llenándose hasta que rebosó, pero todos sus esfuerzos fueron inútiles porque de nada sirvieron, porque la justicia humana dijo como cuando deshojan una margarita ¡NO! al arrancarle el último pétalo.

Cada uno de ellos te defendieron en un duelo común, cada uno de ellos sin nada con lo que pelear, con sus manos vacías, apostaron por una historia terrorífica, aunque no sé si bien contada por mi parte, aunque lo que si sé es que nuestros corazones la abrieron paso en los suyos y apostaron por nosotras.

Durante años comenzaron a ciegas un camino incierto, un camino duro, un camino donde en uno de los cruces leyeron dos palabras ¡MENTIRA!, ¡VERDAD!, y sin dudarlo eligieron el más complicado, el que más adoquines tenia, el que sabían que les conduciría hasta ti, el que les señalaba que todo aquello que no podían demostrar sus almas bendecidas, frente a una humanidad deshumanizada, les empujaba hacia el camino de la ¡VERDAD!, nuestra verdad.

Y fue entonces cuando la ¡VIDA! elegantemente a esos caballeros les abrió una brecha por la cual poder llegar hasta ti, y aunque esa brecha era áspera y dolorosa también para ellos, les marcó un escenario en los que los protagonistas de esta maquiavélica historia, sin ellos saberlo relataron punto por punto tanto tu vida al igual que la mía, unas vidas "PRESCRITAS" y que sabían que dijeran lo que dijeran por muy execrable que fuera, nada podían hacerles a esos malditos, porque se encontraban a salvo, protegidos por una ley que ni es justa, ni es ciega, ni es misericordiosa. 

Quiero agradecer con este escrito a todas esas personas que no solo se compadecieron de nosotras a cambio de nada, que continúan a nuestro lado hermana, latiendo siempre en cada uno de nuestros corazones, que ellos jamás se irán de nuestro lado, porque nos recuerdan, porque nos quieren, porque comparten nuestro dolor, y estemos donde estemos, todos estos sentimientos que nos han regalado altruistamente....

NI EL ÁNGEL DE LA MUERTE NOS LOS PODRÁ ARREBATAR, PORQUE QUÉ MAS DÁ HERMANA DONDE ESTEMOS, ELLOS SIEMPRE PERMANECERÁN CON NOSOTRAS, ELLOS SIEMPRE NOS DEFENDERAN Y SECARÁN NUESTRAS LÁGRIMAS, PORQUE SABEN QUE HEMOS PERDIDO AL AMOR DE NUESTRAS VIDAS, Y LA VIDA NO NOS HA PERMITIDO LLORARLO.


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