LUISA LA MADREPERLA DEL MAR ROJO DE ANSELMO
Mi objetivo en la vida no es la rapidez, sino la perfección, es por eso que mi cita con el destino he decidido aplazarla.
Dicen que los boleros te hacen recordar momentos que te hicieron sufrir, pero también te regalan olores algunas veces a deseo, otras a ternura y otras a cuero viejo y papel.
Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre el mar, ....
Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción..
Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Hoy trece de septiembre el mar ha venido a mi, yo que nací en el mediterráneo y tanto echo de menos, generoso, bravo, temido pero dulce, cercano y bello,ya que no he podido volver a encontrarme desde hace ya tanto con el, como el profeta que no pudo ir la montaña y ella con toda la misericordia del mundo fue al encuentro de el, dulcemente y sin previo aviso ha vuelto a regalarme todas sus olas, su intenso color azul verdoso, su grandeza y serenidad en el brillo de unos ojos que para tan delicada tarea mi inseparable amigo al que tanto añoro ha elegido.
Iba a ser un domingo como el anterior eso si un poco mas fresco casi otoñal, y esperaba impaciente la llegada de mi hija para juntas acercarnos al rastro de Madrid la ciudad donde vivo.
Eran ya las diez y con puntualidad hitleriana, que ya se sabe la que es, "si llegas diez minutos antes has llegado en punto y si llegas a en punto has llegado diez minutos tarde", vi como salia de su coche y cerraba la puerta mientras con la mano me indicaba que ya se encontraba en nuestro punto de reunión. Su cara apagada, no se en ese momento cuando la mire de que, pero era evidente que o de mala leche, o de incubar algo, o de cansancio, seguramente las tres cosas juntas.
Luego me entere que estaba pachucha de la garganta, y con un esfuerzo tremendo no cancelo el paseo para estar junto a mi en el momento de adquirir la tercera mascara veneciana que deseaba tener.
Empezamos a caminar, paramos a desayunar y a hacer un pis, y mas tarde pararnos en la farmacia para adquirir alguna clase de remedio que aliviara su mal estar.
Hacia una mañana bastante destemplada y nos dirigimos hacia la parada de los autobuses.
Que agradable entrar en el, que confortable. Nos sentamos y estaba ya la niña tardando para dejarme claro que se encontraba fatal, que si no paro de estornudar, que si no paro de moquear, que si no respiro bien.... y suma y sigue.
Terminamos discutiendo.
Dos unas mujeres echas y derechas, casadas por la iglesia por lo civil y por lo criminal enfadadas por otra mas de las muchas "tontas" por las que una madre con una hija se mosquea y viceversa.
Llegamos a Tirso de Molina, cruzamos la plaza, y cogimos la calle Meson de Paredes la que antaño me llevaba al trabajo que con dieciséis años me sustentaba, que no era otro que de auxiliar de contable en una tienda de deportes y pieles que se desembocaba en la calle Embajadores numero siete no muy lejos de la Plaza de Cascorro.
Le explicaba según íbamos andando, mis recuerdos se agolpaban dándose codazos los unos a los otros para hacerse un hueco y poder salir los primeros.
De un tema saltaba a otro, le señalaba las casa, los comercios ahora cerrados o con carteles de se alquila o se vende.. mira, mira, mira... que paciencia tiene conmigo.
Se me hizo corto el trayecto, pero ya comenzaban a visualizarse los tenderetes de los puestos y se escuchaba el bullicio de los curiosos viandantes que en ese instante se habían acercado a pasar unas horas en el "RASTRO DE MADRID".
Dicen que recordar es volver a vivir, y me gusta hacerlo aunque las heridas vuelvan a abrirse y sangren esta vez mi hija me acompaña, no estoy sola, solo ella consigue cortar la hemorragia.
Paramos a coger unas camisetas, a saludar a Emilio que aunque parece que le conozco de toda la vida cuando hablo de el, que va solo de vista y del anterior domingo.
Tiene una tienda ecológica donde vende macarrones de remolacha,¿ curioso verdad? y pase a saludar.
Había que cruzar la plaza de los anticuarios, por decir algo que esta llena de poco bueno camuflado con mucho malo y que o eres un experto en reliquias o te llevas un gato en vez de una liebre.
Yo entender lo que se dice entender vamos que no soy una licenciada con matricula de honor, pero me defiendo bastante.
Sin ton ni son, pero con ganas adquirimos una caja de madera, ¿porque? pues por que si.
Cargamos con ella todas las cuestas abajo que nos encontramos a nuestro paso hasta llegar a "LA TIENDA".
Nos recibieron con una sonrisa de oreja a oreja los tres mosqueteros, muy abrigados por el frescor de la mañana pero que daban unos besos tan acogedores, que mas bien solo anhelabas quedarte y no tener que despedirte en unos minutos.
Adquirimos la mascara de las de sujetar con un palo, hecha a mano como manda la ley o la santa madre iglesia ,que en los tiempos que vivimos manda y manda mucho aunque sea en la sombra, "ah" y una marioneta de pinocho que a la niña le gustaba, y lo mas importante sus afectos, sus mimos y su felicidad por haber podido volver a vernos, sus caras de cariño, sus abrazos impagables, de esos que no tienen precio, y por fin con mucha pena nos despedimos, eso si con la promesa de no tardar mucho en volver a visitarlos.
El cansancio ya hacia mella en nosotras, en una mas que en otra y no lo digo por mi. Democraticamente decidimos pararnos a tomar algo, descansar un rato y comentar lo recorrido.
Un café con leche y una jarra de cerveza muy fría fue lo que pedimos a como se llaman todos los camareros de este mundo sea el idioma que sea en el que te dirijas a ellos que no es otro que "OYE TU".
Enfrascadas en nuestro parloteo no tardando mucho un individuo con mochila se acerco para intentar hacer negocio con nosotras, aprovechando que estaba la mas mayor osea yo de muy buen humor, feliz y contenta, que si hay que convencer a alguien que este de buen royo ayuda y mucho.
Perfumes afanados o eso decia el, en unos conocidos comercios de la capital que portaba en una mochila azul oscura, que para nosotras eran mas falsos que una moneda de madera.
Hay muchas formas de ejercer la caridad pensé y me dije a mi misma conmigo misma "negociemos que me quiero entretener"¿cuanto?, 35, ¿como? 20 y vas que te matas, a lo que añadió Angélica, 20 que todo son ganancias tio.
Chanel nº5, otro tema del que hablar.
Que sino tiene el logo, que sino es de verdad, que es falso...
!Hay! ya esta hecho le dije, total es para ponerlo junto al retrato de Norma Jeane, para los de la logse Marilyn Monroe que al fin y al cabo si es un fraude también por desgracia ella lo era y ninguno de los dos iconos tendrá que avergonzarse del otro.
¿Cogemos un pollo asado para comer?, tienen buena pinta,
Ya, si es verdad pero seguro que por comerlo en la terraza nos cobran mas.
Efectivamente lo preguntamos y nos lo confirmaron con lo cual cogimos nuestros cachivaches y nos alejamos.
Te voy a llevar a un lugar donde tu madre cuando trabajaba de representante iba a tomar un tente en pie.
Javier uno, Javier dos y David, vamos los "OYE TU" nos atendieron genial, ensaladilla rusa, gambones y chuletitas de lechal, café solo con hielo y café con leche con unos chupitos de hierbas para finalizar.
Se habían sentado en la mesa de frente a nosotras varias parejas a comer, terminaban y continuaban su camino.
No se el tiempo que estuvimos, hasta que ya a punto de marcharnos fue cuando un objeto que servia para apoyarse, descansaba su aparentemente frágil empuñadura sobre el mantel junto a su amo, el cual con su sombrero de ala ancha, su chaleco de caballero halconero, su camisa azul, su barba blanca bien recortada y timbre de voz que me recordaba a Sabina pero que mirándolo bien, mas se asemejaba a Ernest Hemingway descansaba junto a su compañera dispuestos a aplacar su apetito.
No lo pensé dos veces,¿ para que? nunca pienso simplemente actuó por impulsos, y este me salio del alma.
!Hola!, bonito bastón.
Sin mas empezó a hablar, a contar la historia de tan delicada y aparentemente quebradiza pieza.
Me llamo Nina, mi hija Angélica.
Anselmo y Luisa.
Encantados,
Nos dimos dos besos deprisa, porque quería escuchar, solo deseaba escuchar la historia de tan magnifica pieza y que solo si su generosidad lo deseaba compartiría con nosotras, y así fue.
Ellos se fijaron en mi caja, y les relate como sin querer medio jugando a comprar y vender a regatear llego a nuestras manos, y Anselmo que restauraba guitarras me puso al corriente de la que el creía era la historia del pequeño secreter o joyero que compramos horas antes.
Y como el músico que compone una nueva melodía, Anselmo con una emoción inmensa, nos fue detallando cada uno de los particulares elementos que engalanaba tan delicada pieza.
El puño, sacado de la sangre de los crustáceos del Mar Rojo "el nácar", abrazaba a una bola de estaño como sino hubiese mañana para sujetar con fuerza el cuerpo de mimbre entrelazado, desgastado por el buen uso dado y que terminaba en una punta cónica de bronce a forma de dedal con un final redondo.
No le faltaba coquetería al cayado, y como si su señor no quisiera que tan fiel compañero cogiera una faringitis, una pasamanería que finalizaba con unas bolitas de algodón de color negro le adornaba, para que en su balanceo le rozase los dedos y le recordara que continuaban haciendo el camino juntos.
Anselmo me regalo un entrañable momento sin conocerme y Luisa lo adorno con sus grandes, limpios y hermosos ojos claros, esos que por unos momentos me llevaron generosamente a mi añorado mar mediterráneo.
A VECES ENCONTRAMOS NUESTRO DESTINO POR EL CAMINO QUE TOMAMOS PARA EVITARLO.
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