ORGASMOS VISUALES
Ya no hace falta visitar a una vidente para que desde su bola de cristal, esa que no sirve para nada pero que queda genial en el centro de una mesa camilla que si la analizamos detalladamente alberga el mas increíble de los secretos oculto por unas faldillas de terciopelo, de ese que tiene una esplendida caída, y que cuando se coloca sobre las redondeces de una superficie estudiada al milímetro para que unas cuantas comadres sin ningún tipo de escrúpulos y sobrepasando la indecencia, saquen a pasear sus mas bajos instintos a la hora de confeccionar al primero que se les venga en gusto y gana un fabuloso traje de pana a medida. Si señores me estoy refiriendo al increíble e inigualable INFIERNILLO, caliente, acogedor, entrañable, amoroso, tertuliano de excepción , imprescindible en todas las reuniones, esas, las consideradas de verdad, las de lo que se diga y comente en dicho sagrado lugar hay se queda. Y encima de ellas un paño de ganchillo confeccionado por alguna de nuestras maravillosas supervivientes del siglo pasado llamadas tías abuelas, o abuelas a secas que en sus tardes otoñales o de invierno, se dedicaban a cotorrear mientras de sus manos fluían piezas increíbles impregnadas de historias reales las cuales quedaran entre punto y punto en un laberinto de hilos de algodón o seda secretamente custodiadas.
Que tiempos..... es cierta la frase de dice que cualquier tiempo pasado fue mejor, eso es evidente.
Dichos artilugios se alimentaban de carbón, y como en todo en la vida, no calentaban lo suficientemente bien al principio cuando prendíamos la llama proveniente de las ya obsoletas cerillas de madera, con unas hojas de periódico o unas ramas secas, NO ....... Solo se hacia notar que dicho invento prodigioso se encontraba bajo nuestro circulo de tertulia, cuando dicho mineral se transformaba pasado un tiempo en unas turgentes, calientes y deseadas piezas rojizas poseedoras del mas dulce de los elixires, EL CALOR, el de verdad, el que no cuesta, el que se siente, el de los pobres pero a la vez inteligentes señores ricos, esos que saben sentarse sin mirar por encima de la cabeza a los demás, los nobles de espíritu, los herederos del reino de los cielos, a los que siempre se les puede ver compartiendo merienda e intercambiando puntos de vista distintos sin peleas y enarbolando la bandera de la tolerancia y el respeto hacia sus semejantes.
LA MESA CAMILLA Y SU CORAZÓN ROJO
Una circunferencia donde no existen puntas, solo puntos de vista en donde las personas de buena voluntad sea cual fuera su raza, su estatus social o religión, consigan mediante el dialogo el respeto y la buena voluntad llegar a limar sus diferencias.
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No comparto tus ideas, no son por las que lucho, aun a si seria capaz de enfrentarme codo con codo contigo en cualquier campo de batalla por ellas y no me importaría morir por defenderlas.
Como me gusta la piña, como me gusta la piña, como me gusta la piña......PELÁ.
Que duro es salir a la calle, pasear por ellas y exponerse a tantas tentaciones, terminas llegando a casa con las bragas mojadas, si o si.
Que belleza de hombres, mujeres y viceversa te ofrece el mundo de la noche...... claro que no nos dejemos deslumbrar por ese momento en el que todos los gatos son pardos...... cuidadito....tengamos prudencia.....
se sabe que una buena capa de ropa o de pintura todo lo tapa.... pero no siempre.
Lo que si es cierto y os lo aseguro prometiendo o jurando como mejor os venga, por lo mas sagrado o por lo que os salga del ojo de gato...... y es que las gallinas viejas si hacen mejor caldo y son las que mejor ordenan callar a los inexpertos e ingenuos machitos que piensan que por el echo de estar provistos de una buena herramienta o de un buen destornillador saben meter y sacar clavos.
Siempre me gustaron las reuniones alrededor de un buen fuego aunque no fuera real, ya nos ocupábamos los asistentes a ellas de encenderlo, avivarlo y estar pendiente en todo momento de que no se apagara.
Que tiempos ..... cuando los recuerdos es inevitable que no me salga una sonrisa, incluso hay veces que se convierte en risa o carcajada si lo que se me ha venido a la memora es algo terriblemente irrepetible e inolvidable, si esas cosas que la vida en un acto de generosidad me ha dejado vivir e incluso después de muchos años me hace el regalo de seguir recordándolo.
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