SENTADA, SOLA CON TU RECUERDO A MI LADO, AGARRANDONOS DE LAS MANOS
Buenos días mi muy amada, querida y jamás olvidada hermana Carmen. Hace muchas semanas que no hablamos y nada más levantarme mi pereza ante la vida y yo hemos llegado a un acuerdo de que de hoy no pasaba el escribirte para recordarte cuanto te quiere tu hermana Pepi, aunque tu ya lo sabes, y me he puesto frente al ordenador para que recibas mis cariñosos buenos días allá donde te encuentres tu y mi sobrina no nacida. Verás hermana, he estado francamente muy fastidiada y lo sigo estando, no tengo ganas de vivir, ni ganas de continuar en este mundo, e intentando con las pocas fuerzas que aún conservo no hacer ninguna locura para seguir viviendo, ya que como bien sabes, y lo sabes, este camino que recorro para mi desgracia ya se me está haciendo muy largo. Salgo poco a la calle, calle donde ya hace más de 40 años que vivo si es que se le puede llamar vivir a lo que hago, calle donde convertí mi morada en un cuartel general a la espera de que aparecieses en algún momento, porque no te imaginas las de veces que el timbre de mi puerta ha sonado, porque no te imaginas la de veces que corriendo por el pasillo he ido a abrir pensando que eras tu la que llamabas, tu, si, tu cogida de la mano de tu hijita Monserrat, pero al abrir en el umbral de mi puerta la persona que había no era otra que algún operario, alguna multa, alguna equivocación o algún paquete que ni siquiera era para mí, cualquiera menos vosotras.
Y mientras esperaba esa llamada he continuado haciendo lo que me enseñó una persona hace ya demasiado tiempo, una sabia persona que me dijo y seguí su consejo "SI QUIERES ENCONTRAR ALGO QUE HAS PERDIDO, DEBERAS DE HACER COSAS QUE JAMÁS HICISTE", y eso es lo que he estado haciendo hasta que os encontré, hasta que la mitad de mi alma, aquella que voluntariamente se marchó contigo cuando te asesinaron de un tiro en la cabeza, porque no pudo hacerlo a palos vuestro asesino, porque incluso con la mandíbula rota suplicabas que no le hiciera daño a tu bebe, a "SU HIJA", que llevabas en tus entrañas, al final pudo unirse a la tuya, porque en ese instante nos mató a las dos pero errante la mitad de nuestra alma, nuestra única alma, le buscó, le acorraló y le desnudó frente a un mundo deshumanizado y carente de vergüenza "LA JUSTICIA" miró hacia otro lado y lo liberó.
Dicen que el amor no tiene genero, al igual que la impertinencia es la compañera favorita del fracaso, bueno pues como se suele decir acepto pulpo como animal de compañía ya que no comulgo con esas ideas, porque desde mi punto de vista, el amor sí tiene genero y la impertinencia no es la compañera favorita del fracaso, porque ser molesto e irritante queridos míos, lo digo por experiencia propia abre muchas pero que muchas puertas ya que la gente solo sabe lo que se le dice, porque solo saben lo conocido de lo relatado y no lo desconocido de lo que creen que han conocido mediante tu descripción de los hechos.
Querida hermana Carmen, por muy lejos que te encuentres físicamente, mi hogar estará siempre donde tu estés, no te preocupes de tu hermana Pepi, sabes que mimo mi mente que es lo que me permite recuperar mi vida despacio pero segura de que cada momento que pasa aunque soy muy infeliz, he llegado a comprender que en la vida no se puede volver a empezar, y aunque un león sigue siendo un león incluso enjaulado, a mi pesar vivo, a mi pesar lo hago porque sé que aquí donde habito, donde estás tu, me hallo cerca de ti, y ese otro lugar que ciertos individuos intentan venderme, solo sé que es un lugar oscuro, vacío, frio y triste donde no crecen las flores, donde solo las espinas viven, donde no podríamos jugar como lo hacíamos descalzas porque nuestros pequeños pies acabarían ensangrentados como así acabaron con nuestras vidas.
Los buenos tiempos siempre quedan atrás, unos buenos tiempos que al recordarlos vuelven a regalar a nuestros corazones todas esas cosas bonitas que vivimos, y aunque dolorosos, más doloroso y peor es no saber aún sabiendo que las mentiras endulzan los recuerdos.
Añoro lo que he perdido y temo lo que aún me queda por perder, aunque nunca he perdido la oportunidad de perder la oportunidad, hoy continúo siendo una roca, una roca resbaladiza donde rompen las olas de cualquier marea alta.
Odio el día y la hora en el que me dijeron que tu corazón había dejado de latir porque no era verdad, porque el mío lo seguía haciendo y el tuyo seguía su ritmo, un ritmo que en ese preciso instante se convirtió en una tormenta que te conduciría a mi, como así lo hizo, siempre recordaré como lo logré, como sobreviví tanto tiempo sin ti, y hoy ni siquiera estoy segura de como lo hice, pero de lo que si estoy segura es de que cuando salga de esta tormenta perfecta no seré la misma persona que entró en ella....
DE ESO SE TRATABA EL ENTRAR EN ELLA, DE CERRAR MIS OJOS PARA CONTINUAR VIÉNDOTE.
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