QUE EXTRESANTE ES SER INVISIBLE
Te doy a elegir entre que llueva pronto o mojarte, ¿ que eliges?, no tengo la menor duda de que elegirías que lloviese pronto, más que nada por no tener que llevar todo el día esa cosa tan incomoda llamada paraguas, el cual a nada que te des la vuelta se te olvidará, o mejor dicho se escapará de tus manos porque para nada le caes bien y comenzará una nueva vida de mano en mano a escondidas, luciendo su palmito y ofreciendo sus servicios a quien o quienes fijo que tendrán mucho mas cuidado que tú y toda la tontería que llevas encima.
En fin, ¿ por donde íbamos?, ya, ya ha vuelto a coger el hilo de mi mente, pues eso que desde mi punto de vista, visto lo visto, y pensando lo que pienso, yo si soy de esas que prefiero mojarme a que llueva pronto, a salir sin paraguas, y que la lluvia generosamente oculte con sus gotas las lágrimas que desprenden mis ojos fundiéndose amablemente con ellas y así no tener que dar explicaciones a nadie de mi estado de animo a nadie que se cruce en mi camino cuando me vean mojada y solo se les ocurra pensar que con la que está cayendo sencillamente se me ha olvidado el paraguas.
Cambiemos de tema ¿ vale?, venga.
¿ Y ahora de qué escribo?, a ver, a ver, ¡ ya está!, un segundo....
Erase una vez que se era un corazón solitario que se estresaba constantemente porque para el resto del mundo era invisible, un corazón que siempre estaba retando al destino para que le hiciera visible, un corazón que vivió en un tiempo en que la felicidad para él era imposible, un corazón...
QUE LO LOGRÓ CUANDO OTRO CORAZÓN SE LA JUGÓ POR ÉL.
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