25 DE AGOSTO 2022

De vez en cuando la vida nos besa en la boca, y a colores se despliega como un atlas, nos pasea por sus calles en volandas y nos sentimos en buenas manos.

Se hace de nuestra medida, toma nuestro paso, y se saca un conejo de la vieja chistera, y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela.

De vez en cuando la vida toma conmigo café, y esta tan bonita que da gusto verla, se suelta el pelo y me invita a salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida se nos muestra en cueros, y nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarlo de puntillas, por no rompe el hechizo.

De vez en cuando la vida afina con el pincel, se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que sabemos usarla.

De vez en cuando la vida nos gasta una broma, y nos despertamos sin saber que pasa chupando un palo sentados  en una calabaza.

Ayer la vida me beso en la boca cuando el destino hizo que un ser muy parecido a mi se cruzo en el camino hacia mi hogar.

Con naturalidad y asombro me aproxime a "el" y me presente pronunciando su nombre que no el mío,  "el" regalándome una de sus mejores sonrisas se volvió hacia mi cuando le salude, me atendió amablemente sereno, sonriente sin molestarse por lo peculiar del momento, ya que le interrumpí mientras hacia unas compras, y aunque de sobra imagino que estaría acostumbrado a ese tipo de situación, en ningún momento me demostró sentirse incomodo, yo en mi interior se lo agradecí sin palabras por el gesto tan humano y cariñoso a la vez, porque sin "el" saberlo solo con su presencia y simpatía me alegro el día.

Después de intercambiar unas breves palabras por mi parte de admiración hacia "el", ambos nos despedimos con unas ¡MUCHAS GRACIAS CABALLERO!  por mi parte, con ¡HA SIDO UN PLACER SEÑORA! por la suya...

PONGAMOS QUE HABLO DE D. JUAN Y MEDIO.