DOS ASESINATOS, UN GUANTE, UN PARAGUAS Y UN ABANICO
Sucesos de una mujer incomoda para todo el mundo, a la que se le pide mucho a cambio de nada.
Así es como comienza parte de un relato inacabado de esta mujer que sabe que aquellos que no cambian de opinión nunca cambiaran nada.
Es por eso que como cada historia la suya también comienza con un "ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA", empezando por dos asesinatos el de una hermana y su hijita , la perdida de su guante preferido al extender ambas manos para amablemente recoger una maceta de rosas rojas enanas, que un muchacho le regalo en agradecimiento de una encantadora velada, de un paraguas olvidado mientras reunía pan para mas tarde repartir entre los invisibles, y que olvido volver a cogerlo aunque regreso agotada por la carrera que tuvo que darse al lugar del descuido, no lo encontró pues cansado de esperar dejo que otra persona lo llevara con ella y le alejara de aquel lugar.
Lo del abanico no fue un olvido, sino un descuido por su parte en un taxi, era tan amena la conversación que mantuvieron la conductora y ella, que al salir de el una vez pagada la carrera no se percato de que ya no lo llevaba, en fin cuatro perdidas que vienen a su memoria repetidamente una y otra vez porque cada una de ellas la ha enseñado no solo a sobrevivir, también a respetar la vida incluida la suya, igualmente la de todo ser vivo ya sea animal o planta sin limite alguno, porque si pierdes el dinero, trabajando duro lo puedes recuperar, pero si pierdes el tiempo, el tiempo perdido jamás se recupera, y su consejo no es otro que este, ve pues y has lo que tengas que hacer sin pensar en las consecuencias ya sean estas buenas o malas, sencillamente hazlo porque como te ha dicho antes...
EL TIEMPO PERDIDO JAMÁS SE RECUPERA.
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