LAS 50 SOMBRAS DE IÑIGO ERECCIÓN
No hace falta parecer un monstruo para ser un monstruo.
¿ Y ahora qué?, ustedes las familiares, inevitables golosas, vosotras abejas vulgares me evocáis todas las cosas.
¡Oh! viejas abejas voraces, como moscas en abril, viejas abejas pertinaces sobre mi calva infantil.
Abejas de todas las horas, de infancia y adolescencia quedando creer en nada, en nada.
Abejas del primer hastío en el salón familiar, las claras noches de estío, en que yo empecé a soñar.
Y en la aborrecida escuela, raudas abejas divertidas, perseguidas, perseguidas, por amor de lo que vuela.
Yo sé que os habéis posado, sobre el juguete encantado, sobre el librote cerrado, sobre la carta de amor, y sobre los párpados yertos de los muertos.
Inevitables golosas, que ni labráis como moscos de miel ni brilláis como mariposas, pequeñitas, revoltosas, vosotras amigas viejas, me evocáis todas las cosas.
Ahora vosotras, caricaturescas "zánganas" que voláis desquiciadas junto a "VUESTRA REINA", ahora lo único que os falta por hacer para salvar la poca dignidad que aún os queda a todas, si es que os queda alguna, es terminar de devorar el "CADAVER DEL 15 M".
¡FELIZ HALLOWEEN!
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