EL DIENTE DE LEON
Cuenta la leyenda que los ÁNGELES DE LA NATURALEZA se reunieron un día para que cada uno decidiera que elemento era al que querían representar. En ese universo de los bosques, las praderas y las montañas, cada cual debería de revelar cual era su ser favorito y por que. Muchos tenían ya clara su respuesta, algunos eligieron los ríos, otros los lagos y otros los arroyos.
Muchos optaron por elegir algún tipo de árbol: álamos, olmos, encinas, chopos, pinos...Abundaban los ángeles de las rocas, los que designaron como su elemento favorito a la obsidiana, el cuarzo, la diorita, la milonita, etc .Así, y como era de esperar, muchos de estos seres mágicos eligieron innumerables flores para ser sus protectoras, representarlas y cuidarlas.
Sin embargo, entre toda esa congregación de ángeles de la naturaleza, hubo uno que era conocido por su INDECISIÓN. No sabia que elemento elegir y, aunque tenia claro que su predilección eran las flores, no sabia por cual. Así es que decidió hablar con todas ellas. Cuanto mas se esforzaba en escucharlas, mas se convencía que en el mundo de las flores todas eran petulantes, TODAS EXCEPTO UNA.
El tulipán, por ejemplo, le conto al ángel que su deseo era vivir en los jardines de los castillos, para que príncipes y princesas admiraran su belleza.
Cuando hablo con las rosas, obtuvo un comentario semejante, se orgullecían de su fragancia, y ansiaban estar en las tierras mas refinadas para conquistar con su fragancia a las personas mas selectas. Azucenas, dalias, peonias, hortensias, y lirios... La mayoría de las flores resultaron ser egoístas y engreídas; ninguna lograba cautivar al ÁNGEL DE LA NATURALEZA.
Hasta que, en un momento dado, sentado en una roca, descubrió una flor AMARILLA, discreta, sencilla, pero de tono optimista. Cuando empezó a hablar con ella, descubrió a una criatura sencilla que no deseaba vivir en otro lugar mas que donde el viento la llevara. Amaba la tierra, el cielo, la lluvia, y cada elemento de la naturaleza....¡NO PEDIA MAS!
El ángel no dudo en reunirse junto a sus compañeros para anunciar su elección ¡EL DIENTE DE LEON!.
El resto de los compañeros no entendieron porque había elegido una flor tan discreta, sencilla, tan juiciosa, tan reservada. El ángel no dudo ni por un momento en defenderla alegando que el proceso de ¡EL DIENTE DE LEON! simboliza el sol, la luna y las estrellas.
Esta fascinante planta nace siendo una bola de fibras amarillas, muy semejante al astro que nos da la vida. Mas tarde adquiere una forma redonda, esponjosa y de color plateado, como la luna en las noches de verano. Seguidamente para esparcir sus semillas, se separa y recorre grandes distancias, como pequeñísimas estrellas fugaces llevadas por el viento.
Todos quedaron cautivados por ese razonamiento, y TAL FUE EL CARIÑO QUE EL ANGEL DESARROLLO POR SU QUERIDA FLOR, QUE LE OTORGO UN PODER, UNA FACULTAD MUY ESPECIAL....
QUE CADA VEZ QUE SOPLARAN SUS SEMILLAS JUNTO A ALGUIEN TRISTE, CUANDO LO HICIERA, ESTARIA DESEANDOLE TODO EL BIEN QUE SE ENCUENTRA EN EL MUNDO, PARA QUE UNO DE TODOS LOS DESEOS QUE LE TRASMITIA SIN EL SABERLO SE CONVIRTIESE EN REALIDAD.
DEDICADO A D. CARLOS ESPEJO QUIENE ELIGIO COMO EL ÁNGEL LA FLOR DE...
¡¡¡EL DIENTE DE LEON!!! Y LA SOPLO JUNTO A MIS LÁGRIMAS.
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