martes, 23 de julio de 2024

CORDILLERA DE CUERA NÚMERO 24 PRIMERO IZQUIERDA 28018 MADRID

¿Padre?, padre se le llama al hombre que está contigo desde que naces, padre se le llama al que aún separado de tu madre se preocupa por ti, y no al hombre que te niega el pan y la sal.

¿Padre?, padre se le llama a quién costea tus estudios, a quien se preocupa de tus notas en el colegio, al que te apoya, al que le duele verte llorar, al que antes de acostarse te besa en la frente para darte las buenas noches.

No, nunca fuiste muestro padre, porque un padre no abandona a sus hijas, ni las maltrata hasta arrancarles la piel de la carne en una casa donde de puertas adentro cuando tu estabas se convertía en "LA CASA DE LOS HORRORES", ni tampoco se las insulta con palabras obscenas como si fuéramos unas cualquieras creyendo rumores, rumores diseñados para ser creídos sin preocuparte en comprobar si eran o no reales, nos abandonaste, si, y al hacerlo nuestro destino que estaba al acecho nos dio solo dos oportunidades, deambular sin rumbo fijo para una de ellas, o una fosa común para la otra, a mi me toco la primera, la segunda, la fosa sin nombre se la concedió a Carmen y a su hijita nonata para que pudieran seguir jugando al escondite con Josefa, pero lo que el destino no esperaba es que nos burláramos de él, y cuando terminamos de contar 100 solo Josefa debía de darse la vuelta para volver a verla, solo Josefa sabia que no tenia que moverse de ese lugar elegido al azar, y que al quedarse quieta Carmen la encontraría como siempre hacían las hermanas cuando la bestia las permitían jugar.

Porque un padre no es quién te ofende hasta hacerte sentir nadie, porque ser padre no te daba derecho a hacer con nosotras lo que nos hiciste.

Fallaste como padre al no vernos crecer siendo consciente de ello, viviste tu vida al margen de la nuestra, sin importarte que era de nosotras, creaste una familia que te traiciono hasta el final de tu existencia negándote incluso con amenazas el poder acudir en nuestra ayuda o simplemente vernos.

Fallaste no solo como padre también como hombre, como persona de la peor manera, en los momentos más importantes de nuestras vidas.

Siempre me diste lástima, pero por fin te llegó la hora, por fin, y te estuvimos esperando aunque no nos vieras para contemplar la mierda de vida que tuviste.

Nos diste la vida y nos cortaste las alas, no te odiamos, no, aunque es un sentimiento de lo más agradecido desgasta y mucho a quién lo sufre, es por eso que tus hijas Carmen y Josefa no te odian, no, porque no mereces la pena.

Hoy estés donde estés a ninguna de las dos nos importas, aunque si tenemos que darte un consejo, un consejo que no es otro que si el infierno existe (cosa que dudamos),  y vas a pasar toda la eternidad en el elijas a un demonio ilustrado, porque yo ya tengo cita con....

EL ABOGADO DEL DIABLO.


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