LAS DESECHADAS
Primero las avinagraron, segundo las alcanforaron, y pasadas unas horas las desinfectaron, salvo el dolor de una monstruosa paliza que no es que se les hubiera olvidado, sencillamente no lo hicieron porque acabando con ambas si se les iba la mano se les acababa el choyo, y francamente no era ni el momento ni el lugar para completar el circulo, ya que al ser las dos moneda de cambio para ciclopes voraces en adquirir grandes fortunas, mejor abrir el puño que cerrarlo.
Pero no cayeron en que una de ellas les haría con el tiempo perder el equilibrio arrebatándoles los ruedines, y me estoy refiriendo a mi, ya que siempre he sido la peor de las muchas malas opciones que los muy mezquinos tomaron a lo largo de sus fúnebres vidas.
SE CREYERON LA HOSTIA Y SE LLEVARON UNA HOSTIA.
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