SE PUEDE PERDER LA VISTA PERO NO LA MIRADA
Me divierte meterme en todos los fregados, siempre y cuando me garanticen que voy a caer de pie, más que nada porque quien "la hace riendo al final siempre la paga".
Bienvenido a la mesa principal si eres leyente, ya que si no lo eres, nunca lograrás escribir ni una sola palabra, ni un solo relato, vamos ni siquiera tu propio diario.
En fin, que continua habiendo lugares donde hay horas en las cuales el aire mueve suavemente los árboles durante la pereza dominical, esa pereza dominical que se deja mimar, se deja querer, se deja amar entre los atardeceres y la lenta llegada de la noche, donde solo pasa un hombre, un hombre que no solo lleva una vida de sudor, solo de sudor y cansancio al que le esta prohibido el bautizo de sus hijos, los calendarios de colores y...
¡LA PEREZA DOMINICAL!
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