domingo, 31 de diciembre de 2017

SOBRELLEVANDO LA RESACA


Y fue entonces cuando salieron a la noche húmeda, y fue entonces cuando tuvo que elegir entre la peste y el cólera, pero no le supuso ningún esfuerzo ya que siempre se habia desenvuelto hábilmente y con elegancia en medio de ambas, y aunque aun no podía verlas, pero si sentirlas, lo cual era mucho peor, fue entonces cuando sin coacción alguna sufrió un picor terrible y devorador en el cuello que le erizo todo el bello que revestía su piel, y noto como su ambrosía poco a poco lenta pero segura se iba abriendo paso por sus venas y recorría todo su cuerpo envenenando su sangre y disolviendo sus huesos como si fuera ácido.
Se dio la vuelta y sus ojos visualizaron un rostro bañado en luz violeta que la invitaba a seguirlo, y lo hizo, mientras su largo cabello dorado y brillante mecido por la brisa nocturna aspiraba a tapar los dos orificios perfectamente alineados que timidos intentaban sobresalir de su alargada y blanquecina garganta sin conseguirlo, y le extendio la mano esperando que ella la aceptase, pero no pudo ser ya que ante de que sus dedos se pudiesen juntar la luz del amanecer toco su cadaverico semblante, y oculto en su capa negra desaparecio como por arte de magia.
Ella desorientada, confusa continuo caminando por el cementerio temerosa de volver a encontrarse con las sombras que la habian hecho horas antes ralentizar su paso, y, aun asi, siguio adelante, hasta que unas nauseas angustiosas le hicieron comprender hasta donde eran capaces de llegar las criaturas de la noche para que no se extinguiera su especie.
Los pulmones la ardian mientras bajaba las escaleras que la alejaban del rio, escuchaba el agua pero no tenia sed, no tenia sed de agua, tenia sed y no sabia de que, pero algo le decia que ya se encontraba en su mundo.

NO SIEMPRE HAY ELECCIÓN.

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