SERPIENTE SEDA ROJA, SERPIENTE SEDA ORO, SERPIENTE SEDA NEGRA

Cuando abro mi vestidor, siempre me gusta mirar, acariciar, oler, unas deliciosas batas chinas que sobresalen entre el resto de las prendas mas amadas por mi.

Cuantos recuerdos me traen, nunca he querido desprenderme de ellas ni un solo instante.

No consiento que nadie las toque ni las mire, por que tienen algo que aunque invisible para el resto de los mortales,  ellas generosamente saben prestarme y solo por unos breves instantes afloran mis mas ocultos secretos. Los custodian con desvelo, estando siempre brillantes y dispuestas a abrazarme, cuando con respeto y suavidad  me las coloco en mi cuerpo desnudo, y sabiendo por que, siento como me acarician suavemente todos los hilos de seda con los que fueron tejidas, cortadas y cosidas en talleres nobles, los cuales retuvieron en su momento el erotismo y deseo de cada uno de los amantes furtivos, elegidos al azar, que voluntariamente se entregaron a mi con un apetito insaciable que solo supieron colmar en mi lecho, cubriendo su desnudez con una de ellas  para que durante la ceremonia se impregnara del mas maravilloso de los perfumes que una mujer debiera de ponerse en su delicada piel......... la mezcla del sudor y las feromonas de un macho deseoso de equilibrar sus mas bajos instintos con alguna hembra que este a su altura en la cruzada. El deseo y el placer, la fuerza y la debilidad, el todo y la nada........hasta caer derrotados en un profundo sueño vencedor y vencido, entrelazados por una delicada e invisible cinta de pasiones, esperando poder despertar con vigor suficiente  para sin cruzar ninguna palabra, el ardor de su cuerpo sea capaz de irracionalmente volver a empapar de nuevo el lujoso atuendo que con honor envuelve  tan escultural cuerpo.

Y mientras vuelves una y otra vez a seguir escribiendo en tan especial lienzo parte de la historia de tu vida, sientes como el deseo se mete en cada poro de tu piel hasta volver loca la ultima de tus neuronas, las cuales se dejan llevar por tan magistral obra de teatro, donde el papel principal solo tu lo has conseguido por ser la diosa que todos los inmortales desean alguna vez aparezca en sus vidas, pero que solo unos pocos  pueden contar que se han encontrado con ella, cosa que no hacen por miedo a no poder volver a tenerla. Depositas con nostalgia la prenda que empapada aun, no deseas que se separe de la figura en la que hasta unos minutos antes eran una misma piel, y la dejas que descanse en el mismo sitio donde duermen tus pasiones mas gozosas, pero con la certeza de que mas pronto que tarde, un nuevo adonis te suplicara se la dejes llevar para poder poseerte.

HASTA ENTONCES PUEDES VOLVER SIEMPRE , COGERLA, CUBRIRTE  CON ELLA

Y DESEAR MORIRTE VIVA.

RECORDAR ES VOLVER A VIVIR.

UNAS NOTAS MUSICALES, UNA FRAGANCIA, UN LUGAR....... QUE TE DIGAN QUE TE QUIEREN AUNQUE SEA MENTIRA.......

Y DOS PERCHAS.