HAMBRE DE PAN
Hace mucho tiempo me contaron una historia, un relato escalofriante y triste a la vez...... cuando lo recuerdo me estremezco ante algo tan grande como el sentir hambre de pan.
Os preguntareis y no llegareis a comprender como se puede pasar ese tipo de hambre, pues queridos míos existe, y ni os imagináis lo terrible que es.
Como en los cuentos empezaré mi historia sencillamente con un............ hace mucho mucho mucho tiempo, en un país llamado España, donde sus habitantes sencillamente llegaron a odiarse entre padres e hijos, hermanos y primos, hombres y mujeres que por el simple hecho de pensar de diferente manera unos y otros se traicionaron vendiéndose al mejor postor y ni si quiera por treinta monedas ........no merece la pena ni luchar y menos morir por ideas absurdas que no llevan a ninguna parte y que ademas de no servir para nada
solo conducen simplemente al enriquecimiento de seres moralmente inferiores pero que sin sentido llegan a manipularnos de tal manera que hacen de nuestras vidas desiertos estériles al servicio de depredadores sin escrúpulos que cuando dejamos de serles útiles prescinden de nuestros servicios alejándonos de sus opulentas existencias.
Y es ahí donde comienza mi relato........... mientras las dos ESPAÑAS, se mataban y debatían entre cual de las dos tenía derecho de comerse la mejor parte del pastel, gente sana, ajena a toda esa debacle de corsarios y mercenarios ávidos de poder solo tenían una idea en su mente.......... SOBREVIVIR.
Eso no era difícil, en aldeas y pueblos de esta gran nación no faltaba de nada...... sobraba de todo, carne, pescado, fruta, huevos, pero ay amigos míos, como llevarse a la boca todo eso que la madre naturaleza generosa incluso en tiempos difíciles regalaba a sus hijos SI NO HABÍA CON QUE EMPUJARLO.
PAN..... PAN..... PAN.... en las mentes de esos seres indefensos ante tal crueldad como era la guerra entre parientes, una GUERRA CIVIL, lo mas cruel que a un pueblo le puede suceder ..... guerrear contra un enemigo común..... su propia sangre
Que triste... que duro, que sin sentido, y entre todo ese barullo de sentimientos, EL HAMBRE, la mayor de las desgracias, un hambre superior a todos los sentimientos, que mas da que haya o no viandas suficientes para calmar nuestros estómagos, si EL PAN, ese que NUESTRO SEÑOR, tuvo a bien bendecir en su ultima cena convirtiéndolo en su cuerpo, para gozo de generaciones venideras.
No hay mayor desgracia que pasar HAMBRE DE PAN.
Durante la guerra civil un paisano me contaba que los primeros años en los pueblos del norte había de todo, corderos, gorrinos, gallinas, verduras, ...... pero no había PAN.
Había que ir a LEÓN y traer las hogazas de estraperlo en los trenes ..... y si tenían suerte no tener que deshacerse de ellas en pleno viaje por algún que otro control del bando contrario......
Así fue como se decidieron a no seguir yendo a buscarlo sino a de un año a otro los grandes campos yermos cultivarlos de trigo y en la siguiente cosecha recolectar y abastecerse de su propio PAN.
Que alimento tan sencillo y a la vez tan importante...... tan esencial, generoso y alegre.
El pan es la vida, la cuna de todo alimento, algo que hay que venerar, respetar y nunca desprenderse de él ,tan alegremente como algo secundario.
No lo es, EL PAN alimenta no solo el cuerpo sino también el espíritu.
BENDICE NUESTRA VIDA Y SUAVIZA LA MUERTE...
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